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Leandro Gómez. De la vida de un héroe olvidado.

Posted on Ene 2, 2015

Leandro Gómez. De la vida de un héroe olvidado.

(Entrevista publicada originalmente en la página del Partido Nacional)

GADU.org se complace en publicar una versión reeditada de esta entrevista a los Hermanos Mario Dotta Ostria y Rodolfo González Rissotto, biógrafos de Leandro Gómez. Quienes recientemente publicaron un libro sobre este masón ilustre y héroe oriental.

 

EL ARTIGUISMO Y OTRAS FACETAS DE LEANDRO GÓMEZ
¿Por qué sacar un nuevo libro sobre Leandro Gómez? ¿Qué cosas nuevas hay para contar?

General Leandro Gómez

Mario Dotta Ostria: En la historiografía nacional se han ido dejando componentes de lado. Componentes vitales que hacen a la reinterpretación. A Leandro Gómez se lo conoce solo por la defensa de Paysandú pero no se conocen otros aspectos de él como ciudadano, que eran importantísimos.

¿Por ejemplo?

M.D.O.: Su rol en la masonería. Gómez llegó a ser uno de los grados más altos de la masonería, fue integrante de la comisión directiva de la Sociedad Filantrópica, un grupo que luchó contra la fiebre amarilla en 1857 y después se dedicó a fundar escuelas. Allí, en primerísimo lugar estaba Leandro Gómez. Fundaron una escuela para los huérfanos de los padres que murieron en la peste, y también para otros indigentes. En Montevideo se fundó una y en Salto otra.

Rodolfo González Rissotto: Eran escuelas con una particularidad. Eran gratuitas, pero también laicas. Si tomamos en cuenta la ascendencia que se le da a Varela, 20 años antes Leandro Gómez estaba fundando escuelas con esas características. Este año se conmemoran los 150 años de los tres sitios a Paysandú, y advertimos que teníamos que hacer un aporte con la finalidad de conocer a Leandro Gómez, que realmente ha ocupado un lugar secundario en la historiografía nacional.

¿En el libro se tocan otras facetas además del Leandro Gómez militar?

R.G.R.: No es la historia de un héroe, sino de hombre corriente. Con sus miedos y sus preocupaciones, pero que supo superarlos y vencerlos. Hemos reunido mucha documentación que ilustra sobre sus distintas facetas. Su desempeño como jefe político anterior a los sitios de Paysandú, su actividad como comerciante junto a sus hermanos. Se muestra a un hombre que provenía de una familia realista, al grado tal que su padre termina preso en el Campamento de Purificación. Y eso no le impide tener una actitud amplia y reivindicativa de la figura de Artigas. Lo reivindica incluso cuando Artigas había metido preso a su padre.

¿Cómo el hijo de un acérrimo realista termina como principal defensor del artiguismo?

R.G.R.: Él se fue muy joven de su hogar. A los 13 años se fue a Buenos Aires, y allí empieza a tener contacto con gente del lado argentino, que conocía el pensamiento del auténtico federalismo. Así fue mamando el artiguismo. No necesariamente confrontando con su padre. Consideraba que América ya había recorrido el camino del colonialismo. Era otra la situación.

Como dice Pivel Devoto, el primer reivindicador de Artigas fue Leandro Gómez.

La figura de Artigas de bárbaro a héroe nacional ¿Leandro Gómez tuvo mucho que ver?

M.D.O.: Sí, claro. Después de la revolución, como Artigas molestaba, se creó la leyenda negra en torno a él. Artigas se empieza a reivindicar recién hacia fines de siglo XIX, con el trabajo de historiadores de la época. Pero, como dice Pivel Devoto, el primer reivindicador de Artigas fue Leandro Gómez.

R.G.R.: Sí. Gómez lo ve a Artigas como una figura que orientó toda una época, y que para él es la figura modélica. No se dejó influenciar por la leyenda negra. Esta se construyó para demonizar a Artigas. Porque a los intereses bonaerenses no le servía ni la prédica ni las ideas políticas y económicas de Artigas. Algunas personas como Leandro Gómez empiezan a reivindicar esa figura. Otra persona que lo reivindica es Manuel Oribe: a una batería del ejército del Cerrito le pone General Artigas. A lo que hoy es 8 de Octubre, le pone camino Artigas. También otra gente empezó a ver que Artigas era su defensor. Cuando Berro asume el gobierno, su política exterior apunta a la participación de Paraguay en un equilibrio, como la había concebido Artigas 50 años antes.

CÓMO SE ENTIENDE Y SE ESTUDIA LA HISTORIA

El libro también hace énfasis en la historia de la región. ¿Es imposible concebir la historia del país en forma individual?

R.G.R.: Tenemos que estudiar la historia en el contexto de la región, atendiendo a los intereses y los problemas que afectaban a los vecinos. No sólo los vecinos. Algunos autores niegan la gravitación de Gran Bretaña. Pero era la gran potencia de la época. Influyó, en el libro se muestra la influencia de Gran Bretaña favoreciendo la revolución de Flores y tratando de eliminar el gobierno.

M.D.O.: La historia se está enseñando muy mal. La historia de Uruguay no se entiende si no es en clave regional, y eso implica conocer la historia de Argentina, de Brasil, de Paraguay; también de Francia Inglaterra, Estados Unidos. Todo eso es necesario. Es un debate que se da a menudo. Pero tanta extensión puede ser un poco abrumadora para un estudiante.

M.D.O.: Sí, pero es la única forma de entender. Se está enseñando mal porque los libro son esquemáticos, una generalidad que la entendemos los historiadores, pero no los niños. Darle ese esquematismo sin ningún pormenor o detalle a un niño, no es bueno. Eso se hace en los congresos de historiadores.

General Leandro Gómez en moneda de N$500 del año 1986.

R.G.R.: Es como si a la historia le faltaran links de comunicación. Se enseñan aspectos pero no se enseña el resto. ¿Por qué Venancio Flores fue apoyado por Bartolomé Mitre? ¿Qué intereses tenía Argentina? ¿Qué papel jugaba Buenos Aires en su intento por sojuzgar a las provincias? Hoy las provincias argentinas son cartelitos y nada más porque la caja la maneja Buenos Aires ¿Qué papel jugó Brasil? ¿Qué papel jugaron los riograndenses? Son como links que si no se analizan, la historia puede quedar cortada.

Pero para poder enseñar, en algún lado hay que pasar raya.

M.D.O.: Las consecuencias de la mala enseñanza es que hoy un estudiante no sabe por qué tenemos dificultades de puertos con Argentina. Se habla de un país federal y en los hechos es un país fundamentalmente unitario, con un federalismo mediatizado. Buenos Aires es la cabeza y las provincias son miembros atrofiados. El no conocimiento de la historia uruguaya, al estar entre dos grandes, es un gran pecado porque los ciudadanos tienen que saber dónde están parados.

R.G.R.: Y no sólo lo tienen que entender las generaciones jóvenes, también los gobernantes. No hay que creer que los problemas que pasó Uruguay en la última década fueron un problema circunstancial de personas. Es una lucha y un enfrentamiento que viene desde la época colonial.

En el mundo hay una tendencia a reclamar más horas para las ciencias duras y menos para las ciencias sociales. ¿Qué opinan de ello?

R.G.R.: Vaya si es duro esto. ¿Por qué hay que conocer la historia? Porque en base a ella se tiene que tener claro que el no dragar el Río de la Plata, por dar un ejemplo, no es una medida circunstancial, sino que hay un interés de llevar el comercio hacia Argentina. Lo que le hace Argentina hoy a Uruguay lo hacían en el siglo XIX. Por ejemplo, a los prácticos uruguayos que acompañaban las grandes barcazas, desde Asunción a Nueva Palmira, se les prohibía estar en las barcazas cuando entraban al territorio argentino. Solamente los argentinos podían navegar en ríos argentinos.

M.D.O.: Te voy a agregar una reflexión filosófica. Las ciencias duras sin la filosofía, sin la historia o sociología, que aparentemente aparecen como blandas, se pueden transformar en inmorales totalmente. ¿Porque razón? Porque es un poder sin reflexión, es un poder desenfrenado.

LEANDRO GÓMEZ: HÉROE ORIENTAL Y MASÓN

Volviendo a Leandro Gómez ¿por qué no hay un reconocimiento mayor a su figura?

R.G.R.: Los vencedores son lo que escriben la historia. Son los que elevan y glorifican. Pensemos en Montevideo. Una de las calles más importantes de la ciudad es Venancio Flores, otra es Rivera, otra es Sarmiento. Tenés a Bartolomé Mitre en Ciudad Vieja. Las cosas que dijeron Sarmiento y Bartolomé Mitre sobre Artigas fueron atroces. La avenida Sarmiento pasa por arriba de Bulevar Artigas (risas), fíjate ese detalle. Recién hace un tiempo le pusieron de nombre Leandro Gómez a una calle de Montevideo, creo que es una que pasa por el barrio Los Palomares, por esa zona.

¿Eso es un fenómeno de la historiografía nacional?

R.G.R.: Yo te diría que en todo el mundo. En Argentina también hay calles con el nombre De Bartolomé Mitre, y fue quien aplastó los movimientos localistas y provinciales.

M.D.O.: Hay muchas cosas a revisar en historia. Acá es muy común, por influencia en la historiografía argentina, el hecho de que la independencia se debió a los ingleses. Eso no tiene andamiento. La independencia se dio porque los orientales eran una papa caliente para Argentina. También para Brasil.

¿Cuáles defectos se le pueden reprochar a Leandro Gómez?

R.G.R.: Tenía defectos, como cualquier persona. Por ejemplo, en el libro se narran los temores que le asaltaban cuando iba a atender a los contagiados de fiebre amarilla. Y cuando llegaba a su casa era peor. Se estaba jugando la vida pero también podía contagiar a sus hijos. Pero frente a ese temor, tenía una obligación moral ante los ciudadanos. Algunos han señalado que era un empecinado, pero era un hombre de arraigadas convicciones. Errores tuvo. No fue un exitoso empresario, como lo fue su hermano. Empezaba diferentes emprendimientos y de pronto era convocado por lo que él consideraba una causa mayor y los dejaba de lado. Por ejemplo, dejó sus actividades para incorporarse a la Guardia Nacional de Oribe, cuando inició la revolución de Rivera. Después lo volvió a acompañar en el año 42, cuando volvió al país.

R.G.R.: Yo creo que a Leandro Gómez le va a ocurrir lo que le ocurrió a Artigas, cuando el estudio de los hechos demuestre que merece un monumento mejor.

El 2 de enero se cumplen 150 años de la caída de Paysandú. ¿Cómo se tendría que rememorar?

R.G.R.: Yo creo que a Leandro Gómez le va a ocurrir lo que le ocurrió a Artigas, cuando el estudio de los hechos demuestre que merece un monumento mejor. Pero además de la conmemoración material tendría que haber una espiritual, por medio de la enseñanza formal. Dedicar un espacio a recordar ese episodio que fue cumbre. Él y los que murieron en esa defensa de Paysandú eran conscientes de su destino, pero lo enfrentaron para salvaguardar la patria. El país se sustenta sobre las convicciones que el país es viable y se tiene que defender. Hay que transmitir eso a las nuevas generaciones. Que no se pierda.

Él y los que murieron en esa defensa de Paysandú eran conscientes de su destino, pero lo enfrentaron para salvaguardar la patria.

M.D.O.: Fue tal la resistencia en Paysandú que impidió que Brasil y Argentina se atrevieran a repartirse Uruguay.

El libro también describe a Leandro Gómez en su faceta de masón. La masonería tiene una presencia importante en nuestra historia.

M.D.O.: Fue tal la resistencia en Paysandú que impidió que Brasil y Argentina se atrevieran a repartirse Uruguay.

M.D.O.: Uruguay tiene masones desde el siglo XVIII. El primer gobernador de Montevideo José Joaquín de Viana, abuelo de Oribe,  era masón. Oribe fue masón, grado 33. Y muchas figuras también lo fueron. Leandro Gómez fue masón grado 33, el más alto. En esa época, la masonería uruguaya era irregular, inorgánica. No era una potencia. Recién en 1856 obtiene la carta patente de las logias en Brasil y en Francia, lo que le otorga legitimidad sobre todo este territorio. En Argentina en ese momento no había gran presencia masónica, la principal potencia en era la logia de Montevideo. Leandro Gómez fue destacado por el Supremo Consejo para fundar y cerrar logias al norte del Río Negro, en el litoral y en Buenos Aires. Recién en el 1858, el supremo consejo de Uruguay le dio la carta patente a Argentina para que abriera sus propias logias. Hoy en día, Uruguay es la principal influencia masónica en el Río de la Plata. Por más que Argentina sea un país más grande.

M.D.O.: Uruguay tiene masones desde el siglo XVIII. El primer gobernador de Montevideo José Joaquín de Viana, abuelo de Oribe,  era masón. Oribe fue masón, grado 33. Y muchas figuras también lo fueron. Leandro Gómez fue masón grado 33, el más alto.
Leandro Gómez fue destacado por el Supremo Consejo para fundar y cerrar logias al norte del Río Negro, en el litoral y en Buenos Aires. Recién en el 1858, el supremo consejo de Uruguay le dio la carta patente a Argentina para que abriera sus propias logias. Hoy en día, Uruguay es la principal influencia masónica en el Río de la Plata. Por más que Argentina sea un país más grande.

Ustedes son miembros de la masonería ¿Sigue teniendo un peso importante en el país?

R.G.R.: Sigue ejerciendo influencia desde sus hombres, que son más que lo que la gente piensa, que difunden ideas de libertad de igualdad, de fraternidad, de tolerancia. También influye con instituciones en las que colabora. Hay una labor social, que se practica de la forma más reservada posible. Cosas que no se deberían andar mencionando, pero que se deberían hacer.

¿Y en el sistema político?

R.G.R.: En la masonería hay gente de todos los partidos.

¿Qué imagen les parece que tiene la masonería ante el resto de la sociedad?

R.G.R.: La masonería es una sociedad reservada, no está exhibiendo sus actividades. Es una escuela de autoformación. Donde procuramos mejorarnos, superarnos y tratamos de contribuir a mejorar la humanidad. Hay gente que la ignora, gente que tiene opiniones positivas, otras que tienen opiniones negativas. Otras pueden tener algún prejuicio.

Veo poca gente joven que se declare masón. ¿Es porque mantienen su membresía en reserva o a la Logia le cuesta atraer gente joven?

R.D.R.: Se trata de hacer el reclutamiento de gente joven. Puede ser que la mayoría de los jóvenes prefiera mantener la reserva. No tenemos ningún problema en que se diga. Pero a veces la persona prefiere no hacerlo. Quizás trabaja en alguna empresa que tenga algún prejuicio y se pueda ver perjudicada laboralmente si trasciende que pertenece a la institución.

M.D.O.: Hay jóvenes, sí. En la medida que el Frente Amplio, el Partido Nacional y el Partido Colorado tienen jóvenes, en la misma proporción tiene la masonería. Si la masonería estuviera formada solo por viejos, estaría destinada a extinguirse. Y fíjate que tiene mil años.

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