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En Memoria de Alfredo Corvalán (10 Ago 1935 – 24 Jul 2023)

Flor “no me olvides”: la Masonería europea que sobrevivió a los totalitarismos del siglo XX

Posted on Ene 7, 2016

A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.
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Flor “no me olvides”: la Masonería europea que sobrevivió a los totalitarismos del siglo XX

Respetable Logia Ma`at Nº 11, Estocolmo, Suecia

 

 

La Respetable Logia Ma`at Nº 11 está radicada en la ciudad de Estocolmo, Suecia y está jurisdiccionada al Gran Oriente de Catalunya. Es una Logia mixta que trabaja en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Según informa en su página Web, tienen “el objetivo imperioso de difundir el espíritu pujante y trabajador de los hispanoparlantes en Suecia, siendo un puerto masónico para todos aquellos que por cualquier circunstancia estén de paso o permanentemente en estos valles”. El trabajo que a continuación WWW. GADU.ORG se complace en publicar, fue corregido, editado y complementado con otras informaciones de la Web.  


 

       La pequeña y modesta flor “no me olvides” tiene cinco pétalos y su centro pareciera un pentagrama resplandeciente de colores blanco y amarillo; generalmente es azul claro o blanco y crece en grupos, dado que sus semillas pequeñas son dispersadas por el viento en los terrenos grandes. En el significado de las flores, la flor “no me olvides” simboliza la amistad, el amante eterno, el amor desesperado, la pasión desenfrenada. Hay cerca de 50 especies con gran variación entre ellas.

       De acuerdo a una antigua leyenda, un caballero vestido en su armadura estaba cabalgando a la orilla de un río con su prometida. Ella vio un grupo de flores azules meciéndose en el agua y pidió a su amante que las recogiera. Al intentar llegar a ellas, el caballero se resbaló y cayó al río. La pesada armadura impidió que pudiera nadar y comenzó a hundirse en el agua, pero antes arrojó las flores azules a su amada diciendo: «No me olvides».

La pequeña y modesta flor “no me olvides” .

La pequeña y modesta flor “no me olvides” .

      Durante la persecución y prohibición de la Francmasonería  por el régimen nazi de Hitler, los masones continuaron reuniéndose y celebrando sus rituales en secreto. La escuadra y el compás no eran buenos símbolos para usar en aquel entonces. Así que, para poder reconocerse entre ellos, la pequeña flor azul «no me olvides» (Blue Forget Me Not) fue elegida como emblema masónico.

      En un trabajo de investigación del Q.·. H.·. Alain Bernheim, de la Logia de Investigación Ars Macionica No. 30, jurisdiccionada a la Gran Logia de Bélgica, encontramos los siguientes datos: “Ya en 1934 se evidenció que Hitler y sus esbirros nazis se proponían erradicar la Masonería. La Grossloge Zur Sonne (La Gran Logia del Sol) necesitaba un símbolo más discreto que la Escuadra y el Compás para identificar a sus Hermanos”. A lo largo de toda la era nazi, una pequeña flor azul en la solapa identificaba a un Hermano. En los campos de concentración y en las ciudades, esa pequeña flor azul identificaba a aquellos Hermanos que se rehusaban a dejar que la Luz de la Francmasonería a se extinguiese.

     Cuando en 1947, la Gran Logia del Sol fue reabierta en Bayreuth, un pequeño pin en forma de flor azul “no me olvides” fue propuesto y adoptado como emblema oficial de la Primera Convención Anual de aquellos que habían sobrevivido a los más terribles años de oscuridad, trayendo de nuevo la luz de la Francmasonería a los templos. Un año después, en la Primera Convención Anual de las Grandes Logias Unidas de Alemania, el pin fue adoptado como emblema masónico oficial para honrar a los valientes Hermanos que habían estado realizando sus Trabajos bajo las más adversas condiciones.

     Así fue que una pequeña e insignificante florecilla azul se convirtió en un significativo emblema de la Orden, llegando a ser quizás el emblema más usado por los francmasones alemanes. Por una extraordinaria coincidencia, el pin usado por los nazis para la colecta del invierno de 1938, fue la misma “no me olvides” escogida por los Masones en 1926 y fue fabricada en la misma fábrica de Selb. Sin duda, los masones que la habían usado en Bremen en 1926 estuvieron contentos de volverla a lucir 12 años después. Pero no cabe duda tampoco de que este pin no pudo ser usado después de la colecta de 1938; pues usar una marca o emblema que no hubiese sido distribuido por el Partido Nazi constituía una ofensa criminal durante el régimen fascista.

     Cuando el Gran Maestro Vogel instaló una nueva Logia en Selb en 1948, recordó la anécdota del pin “no me olvides”. Como la fábrica y los moldes aún existían, Vogel encargó una gran cantidad de esos pines, que distribuía después como señal de fraternidad en donde quiera que fuese a visitas oficiales, especialmente en los Estados Unidos, a donde Geppert lo acompañó en 1961.

      Esto explica por qué la flor azul “no me olvides” se convirtió en símbolo oficial de la Francmasonería alemana después de la Segunda Guerra Mundial. Geppert escuchó a Vogel relatar la anécdota del pin en Estados Unidos, pero sólo en referencia a las colectas Nazis de 1938. Esto explica también por qué cuando más tarde los masones norteamericanos fundaron logias militares en Alemania, algunas de ellas escogieron la flor por nombre. Tal es el caso de la Logia Forget me Not No.896 en Heilbronn, reconocida por la Gran Logia Americano-Canadiense en 1965.

      Antes de la llegada del nazismo, la masonería alemana era la segunda más importante del mundo, tanto en número de logias como en número de masones. En la década del 30 del siglo XX, existían en Alemania 10 Grandes Logias que consistían de 690 logias y alrededor de 70.000 masones. En 1937 el régimen nazi de Alemania declaró a la Masonería “enemiga del Estado”, los archivos y la propiedad de la masonería fueron confiscados. Muchos masones fueron enviados a los campos de concentración por el simple hecho de ser masones.

     A pesar que no se sabe con certeza el número exacto, se estima que entre 80.000 y 200.000 masones fueron exterminados por el régimen nazi en la Europa conquistada o influenciada por los fascistas. En Mein Kampf, Adolf Hitler escribe que la Masonería ha “sucumbido” a los judíos y que se ha convertido en un “excelente instrumento” para combatir por sus intereses y para usar sus “hilos” para tirar del nivel superior de la sociedad en pro de sus designios. También escribió: “La parálisis general del instinto de auto-preservación nacional de la sociedad empezó por causa de la Masonería”.

     La masonería fue prohibida en todas las naciones aliadas con los nazis o bajo su control; incluidas Japón, Noruega y Francia.

Breve descripción de la situación de los masones en varios países europeos durante la Segunda Guerra Mundial

      Austria: Entre 1934 y 1936 fueron cerradas varias de las más prominentes logias de Austria. El 12 de marzo de 1938 la Gestapo tomó posesión de la Gran Logia de Viena y los archivos de la Gran Logia desaparecieron. El Gran Maestre Dr. Richard Schlesinger fue arrestado. Murió al poco tiempo de ser puesto en libertad, como consecuencia de los golpes y las torturas.

       Holanda: Las fuerzas nazis tras la invasión de Holanda, asaltaron el edificio de la Gran Logia Hague en mayo de 1940 e impidieron el acceso al edificio. En septiembre de 1940 todas las posesiones de la orden fueron confiscadas. El entonces Gran Maestre, Herman Van Tongeren, fue arrestado en octubre de 1940. Posteriormente murió el 29 de marzo de 1941, mientras se encontraba prisionero en el campo de concentración de Sachsenhausen, en Alemania.

      Bélgica: El 24 de agosto de 1940 comenzaron las confiscaciones de material masónico por parte del ejército invasor nazi de Alemania. Las logias masónicas fueron de las primeras instituciones de Bélgica en ser sistemáticamente asaltadas; primero por las Sicherheitsdients (Servicio de Seguridad), seguido de cerca por las Einsatzst Reichsleiter Rosenberg. 

      Francia: Durante la ocupación de Francia por el ejército nazi tuvo lugar la confiscación por parte del gobierno de Vichy de la documentación masónica de las distintas logias, los cuales fueron almacenados en el Castillo de Silesia.

      Bulgaria: El 23 de enero de 1941, el Parlamento de Bulgaria, bajo la influencia de las potencias del eje (incluidos nazis), emitió la “Ley de la Defensa de la Nación”, que prohibía la existencia de logias masónicas en el territorio de Bulgaria.

      Italia: Benito Mussolini decretó en 1924 que los miembros del Partido Fascista que fueran masones debían abandonar una u otra organización. Es notable el caso del General Capello, uno de los más prominentes fascistas, y que también fue Diputado Gran Maestre del Grande Oriente de Italia, quien se dio de baja del Partido fascista y mantuvo su pertenencia a la Masonería. Posteriormente en menos de un año fue arrestado y sentenciado a 30 años de cárcel.

Una pequeña e insignificante florecilla azul se convirtió en un significativo emblema de la Orden.

Una pequeña e insignificante florecilla azul se convirtió en un significativo emblema de la Orden.

      En 1925 Mussolini disolvió la Masonería en Italia, bajo la acusación de que era una organización política. En una carta abierta al Duce, el Gran Maestro del Gran Oriente de Italia, Domizio Torrigiani, tuvo el coraje de defender la idea de la democracia y la libertad de pensamiento. El precio que pagó por tal osadía fue el destierro a las islas Lipari y al poco tiempo murió.

      Cientos de destacados masones italianos compartieron el exilio en las islas Lipari. En el máximo punto de agitación antimasónica en Italia (1925- 1927), escuadrones de camisas negras penetraron en las casas de masones conocidos de Milán, Florencia y otras ciudades, y asesinaron al menos a cien de ellos.

       España: En 1927, bajo la dictadura de Primo de Rivera, se prohibió la masonería. La situación de los masones no fue fácil durante el período, no tanto porque hubiera una política centralizada contra la Masonería, sino porque el funcionamiento de las logias fue dejado al arbitrio de los gobernadores civiles. Por lo cual los trabajos masónicos fueron prohibidos en algunas regiones de España y autorizados o simplemente ignorados en otras regiones.

       Durante el régimen fascista del General Francisco Franco se quiso relacionar a la Masonería con el comunismo y con el judaísmo, a pesar de que la masonería se define a sí misma como apolítica y  no dogmática. El 15 de septiembre de 1936 se publicó el primer decreto contra la Masonería, cuyo primer artículo dice: “La Francmasonería y otras asociaciones clandestinas son declaradas contrarias a la ley. Todo activista que permanezca en ellas tras la publicación del presente edicto será considerado como reo del crimen de rebelión”. Pero en esa fecha, muchos masones españoles habían sido ya fusilados.

       Desde comienzos de 1937, la Secretaría Particular de Franco (Delegación de Servicios Especiales) se dedicó a reunir primero en Burgos, y después en Salamanca, toda documentación posible sobre logias y masones. En el mes de mayo de 1937 fue nombrado Marcelino Ulíbarri director del Servicio de Recuperación de Documentos, cuya sede definitiva estuvo en Salamanca, con el objetivo de reunir un gran fondo documental que permitiera al franquismo llevar a cabo la depuración total de cualquier vestigio de filiación masónica.

       Como balance cuantitativo puede asumirse el informe de la Asamblea Anual de la Masonería, que se celebró en Madrid los días 15 y 16 de diciembre de 1937, según el cual todos los Hermanos que no habían podido huir de la zona franquista habían sido asesinados.

       El 21 de diciembre de 1938, Franco decretó que todas las inscripciones y símbolos de carácter masónico que pudieran molestar a la Iglesia Católica fueran eliminados de todos los cementerios del territorio nacional en el plazo de dos meses.

      La Masonería volvió a quedar incursa en la ilegalidad franquista en la célebre “Ley de Responsabilidades Políticas”, del 9 de febrero de 1939, donde, junto con todos los partidos del Frente Popular y sindicatos, se declaran –una vez más– fuera de la ley todas las logias masónicas.

      El 1 de marzo de 1940 se dictó la principal ley antimasónica del régimen franquista: la “Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo”. Las penas iban desde la incautación de bienes hasta la reclusión mayor. Los masones, aparte de las sanciones económicas, quedaban automáticamente separados de cualquier empleo o cargo de carácter público. Se establecieron penas de veinte a treinta años de prisión para los grados superiores, y de doce a veinte para los cooperadores. La depuración llegaba a tal extremo que impedía formar parte de un Tribunal de Honor a quien tuviera algún pariente masón hasta segundo grado de consanguineidad. En esa misma fecha quedó constituido el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, Tribunal que estuvo en vigor hasta la creación del Tribunal de Orden Público en 1963. El de la Masonería fue suprimido el 8 de febrero de 1964. 

       En los Archivos Generales de la Guerra Civil Española permanecen guardados los sumarios por “delito de masonería” del Tribunal especial para la represión de la masonería y el comunismo.

       En 1952, el dictador español Francisco Franco publicó bajo el seudónimo de Jakim Boor, una serie de artículos antimasónicos en los periódicos de la posguerra.

       Portugal: Tras el golpe de estado del 28 de mayo de 1926, António de Oliveira Salazar asumió el poder dictatorial de Portugal, dando fin a la democracia instaurada en 1910.

       El 16 de abril de 1929 la Guardia Republicana Nacional y la Policía asaltaron y capturaron las oficinas del Grande Oriente Gremio Lusitano, donde detuvieron a todos los masones presentes y confiscaron todos los documentos encontrados. En vista de la nueva situación, José da Costa Silva (masón) del Grande Oriente decretó que las logias se organizasen en números pequeños que fuesen difíciles de detectar por espías. Salazar consiguió suprimir las libertades políticas, dando cacería a sus oponentes y encarcelándolos. Esto llevo al exilio a numerosos masones (1931-1935).

        El 21 de marzo de 1935 la masonería fue prohibida en todo Portugal, por medio de la Ley 1901 (que disolvía el Grande Oriente Gremio Lusitano) y la Ley 1950 (que transfería todos los archivos y propiedades de la masonería a la Legión Portuguesa). Muchas insignias y documentos del Gremio Lusitano fueron depositados en el PVDE (Policía Secreta). La Masonería no retornó a la normalidad en Portugal hasta 1974.


Situación de la Masonería en la Unión Soviética

      No fue mejor el destino de la Monería ni de los masones en el contexto comunista soviético. Mucho se ha dicho y escrito al respecto, complementaria a la información original del trabajo que aquí publicamos de la Respetable Logia Ma`at Nº 11, agregamos un resumen de lo que pasó con los masones rusos cuando los bolcheviques se consolidaron en el poder.

      En el IV Congreso Mundial de la Internacional Comunista tuvo lugar en Moscú, entre el 30 de noviembre y el 5 de diciembre de 1922 formalmente se declaró que la Masonería era contraria a la ideología comunista. Se pidió a todos los comunistas darse de baja de la masonería o del Partido Comunista.

      León Trotsky definió la Masonería como “una ideología de concepción burguesa, contraria en sus principios a la dictadura del proletariado, y que tiende a establecer un Estado dentro del Estado”. Ningún comunista que había sido masón pudo presentarse durante un período de dos años a ningún puesto del partido. Ante tal situación, algunas logias se disolvieron inmediatamente, mientras que otras continuaron con una existencia precaria.

      Cuatro años después, cuando el masón Astromov solicitó a Stalin que permitiese a la Masonería seguir operando a pesar de la sanción oficial, se procedió al arresto, tortura y encarcelamiento de 30 conocidos masones (incluidos todos los oficiales de las cuatro logias fundadas por Astromov). Astromov también fue detenido e interrogado, poco después de ser liberado murió a la edad de 76 años. La Masonería desapareció totalmente durante los restantes años de gobierno soviético.

     Tras el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas reapareció la masonería en Rusia y en otros países que formaban parte del territorio soviético.

 

Fuentes:

 

 

 

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