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En Memoria de Alfredo Corvalán (10 Ago 1935 – 24 Jul 2023)

El despertar del alma

Posted on Mar 7, 2015

A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

Libertad Igualdad Fraternidad

escuadra-y-compas-mason

El despertar del alma

En búsqueda de nuestra esencia

Marcelo Barbagelata

(Tenida de Gran Logia de Levantamiento del Período de Receso 2014-2015 e inicio del 159o Ejercicio Masónico)

Aug∴ y Resp∴ Log∴ Razón No 80

 

 

“Lo que hacemos por nosotros mismos muere con nosotros, lo que hacemos por los demás y por el mundo permanece y es inmortal.”

H∴ Albert Pike (1809 -1891, Abogado estadounidense, militar, escritor)

 

Consideraciones preliminares

        Apelando a vuestra tolerancia, compartiré con vosotros algunas reflexiones que aspiro logren inquietar vuestros espíritus y sean fermento de ideas que, regadas por vuestros intelectos, germinen en futuros aportes.

A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

A L.·. G.·. D.·. G.·. A.·. D.·. U.·.

        Debo deciros que “no voy a instruiros y a explicaros todos nuestros símbolos, ni menos a revelaros todos nuestros MMist∴”, pues no tengo “el derecho de imponer a vuestra conciencia convicciones que son puramente mías y de las cuales soy el solo y único responsable.

         No esperéis encontrar en mis palabras verdades reveladas. Os corresponde a vosotros, en tanto librepensadores, develar la Verdad ayudados por vuestro raciocinio y las herramientas que la Orden gradualmente os irá proporcionando.

         Realizada esa precisión os diré que, en este primer grado se alienta a la sensibilización del Iniciado, a impulsar el conócete a ti mismo, a vuestro despertar. Comenzaréis con un trabajo puramente manual o material.

         La Masonería estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación y el pensamiento creativo. Bajo el lema de Libertad- Igualdad-Fraternidad nos comprometimos a trabajar incansablemente, llevando la acción bienhechora para tender al mejoramiento moral y material de la Humanidad, sobre la base del respeto a la personalidad. En la Masonería se promueve y practica el estudio de la Moral, de las ciencias y de las artes y toda la problemática referida a la vida humana, buscando enaltecer y perfeccionar el carácter del hombre, formarle una conciencia universal de fraternidad y solidaridad y liberarlo de las cadenas de la ignorancia y de la superstición. Persigue el vicio en sus distintas manifestaciones. Inculca la virtud. Fomenta la enseñanza laica. Defiende los postulados democráticos y los principios de paz y solidaridad. La Masonería es una filosofía de vida.

La Masonería estimula la exposición libre, la discusión ilustrada y el desarrollo de la imaginación y el pensamiento creativo.

        La Masonería es elitista y selectiva. Selecciona hombres con cualidades, dones y virtudes morales e intelectuales, capaces de aprehender los principios y las enseñanzas y de trasmitirlas al mundo profano.

        La Masonería os propone transitar por la práctica del Arte Real y su lenguaje simbólico una vía iniciática, un camino de búsqueda y de continuo crecimiento y perfeccionamiento personal mediante un trabajo de reflexión filosófica en sus dos vertientes: el trabajo que desarrolláis en las tenidas con el resto de los Hermanos y el trabajo individual.

La Masonería es elitista y selectiva. Selecciona hombres con cualidades, dones y virtudes morales e intelectuales, capaces de aprehender los principios y las enseñanzas y de trasmitirlas al mundo profano.

        Vosotros sois como la piedra tosca que en la cantera aguarda ser descubierta, seleccionada, extraída y llevada a otro lugar donde ser sustento de una construcción más perfecta que ella misma.

        Hoy, estáis en este Templo porque algún Maestro vio en vosotros algo bueno. Pero –desde ahora– tened presente que eso no basta para estar aquí. Como masones más que derechos –que los tenéis– asumisteis voluntariamente una serie de compromisos y deberes a cumplir. Os recordaré aquellos que deberíais practicar a diario:

Compromisos y deberes

San Pedro Mártir pide silencio a la entrada del convento de San Marcos, Florencia, Italia.

San Pedro Mártir pide silencio a la entrada del convento de San Marcos, Florencia, Italia.

        1.- El primero de todos no es otro que el de trabajar. Trabajad a la Gloria del GADUen la búsqueda de la verdad. Recordad que “El trabajo eleva y dignifica al hombre”. Pero ¿cómo lo haréis? Estudiad el simbolismo masónico y aplicad vuestras energías a esa búsqueda de la Verdad para hacerla efectiva de manera que a cada adelanto del pie izquierdo corresponda un igual adelanto del pie derecho en perfecta escuadra con el primero. O, en otras palabras, que la inteligencia y comprensión de la verdad se corresponda con una aplicación práctica de la misma con total rectitud y exactitud. Como Masón debéis buscar construir un Templo ideal de Verdad y Sabiduría comenzando siempre por vuestro propio Templo interior. Aplicaros a vuestro aprendizaje con entusiasmo, tesón, perseverancia y humildad para lograr tomar conciencia de vuestras aptitudes y virtudes y poder identificar y erradicar de vuestro corazón los defectos e imperfecciones. Evitad la tentación de la arrogancia, la vanidad o la soberbia que son malas consejeras y que os conducirán inevitablemente al fracaso. Creced como persona, elevad vuestro Espíritu y mejorad día a día en ese arduo sendero de autoconocimiento para obrar en consecuencia.

       2.- Actuad siempre con equidad, que consiste en la abstención o el no hacer todo aquello que pueda perjudicar o dañar a otro hombre.

       3.- Amad siempre a vuestros hermanos. El Amor es el sustrato de todo y en el que se levanta la Fraternidad y sin ésta no es posible ni la libertad ni la igualdad. La fraternidad es siembra, ejemplo, realización y entrega, satisfacción íntima, permanente aprendizaje que os hace mantener una lucha constante y ardua con vosotros mismos y con las influencias negativas del ambiente que oprimen a la Humanidad.

       4.- Respetad siempre, interior y exteriormente, la promesa de honor dada y posteriormente ratificada al recibir la Luz masónica.

       5.- Guardad inviolablemente los secretos de la Masonería que se os confiaron y todos los que en adelante se os confíen. En efecto, no comuniquéis a nadie de esos secretos por obras, escritos o palabras, salvo que lo realicéis a un verdadero y regular masón, o en Logia o con autorización e instrucciones de vuestros legítimos Jefes en la Orden Masónica.

       6.- Guardad silencio, salvo en situaciones muy excepcionales. En el silencio las ideas maduran y clarifican. El Arte del Silencio es un arte complejo que comprende el callar la palabra exterior y el silencio interior del pensamiento. Saber callar no es menos importante que saber hablar. El silencio obligado os dejará valiosas enseñanzas como el aprender a escuchar, a observar sin distraer la mente en elaborar frases o palabras, a conocer a los que os rodean El silencio os enseñará a meditar, reflexionar, discernir y os cultivará en el arte de pensar. En el silencio aprenderéis a mirar hacia vuestro mundo interior reafirmando los valores de la moral universal que luego debéis proyectar al mundo profano.

       7.- Sed discreto y practicad la tolerancia. La discreción se os enseñó cuando en la vuestra Iniciación se os colocó una punta en el pecho. La tolerancia os enseñara a comprender al que piensa distinto.

       8.- Sed solidario. Tratad a todo hombre, sin distinción, como vuestros iguales y hermanos a quienes debéis, si lo necesitan, amparo y socorro –material o espiritual– dentro de vuestras posibilidades. El aporte del bono de sangre es una manifestación de esa solidaridad aunque con frecuencia se olvida.

       9.- Haced práctica de las virtudes. Son las virtudes y no las riquezas materiales las que proporcionan al hombre la felicidad. Son siete las virtudes que constituyen al perfecto masón: la Fuerza, el Valor, la Firmeza, la Constancia, la Prudencia, la Pureza y la Abnegación. La fuerza y el valor os permiten hacer el bien y vencer a la obra del mal; la firmeza y la perseverancia os alientan a continuar en el sendero de vuestro perfeccionamiento moral; la prudencia os enseña a propagar los principios de la Orden por medio de la razón y del buen ejemplo, jamás por la violencia; la pureza os hace dignos a los ojos del mundo y la abnegación impulsa a anteponer el bien de la Humanidad al vuestro.

      10.- Obedeced las normas masónicas y acatad las órdenes que emanen de las legítimas autoridades de la Orden. Asimismo, debéis acatar las leyes y autoridades nacionales. Debéis absteneros de iniciar a los Hermanos pleitos en el orden profano sin haber buscado previamente la conciliación masónica, o de atacarlos por la prensa con injurias o calumnias.

       11.- Aceptad las sanciones consagradas a texto expreso en la Constitución Masónica y aplicadas por los Tribunales masónicos luego de un proceso con las garantías necesarias.

       12.- Asistid regularmente a vuestra Logia. La vida masónica y la esencia de sus enseñanzas se desenvuelven en los Templos donde, luego de dejar fuera los avatares profanos, convivís en un ámbito donde prevalece y se practica la tolerancia, el respeto, la comprensión haciendo efectiva la fraternidad. De ahí la importancia del trabajo en Logia. La benevolencia o justificación del Hermano que no concurre a las Logias por tener otras actividades por más loables que las mismas sean le hace daño a la Orden y al Hermano porque no se forma ni aprende a manejar las herramientas que paulatinamente se le irán entregando. La no concurrencia menoscaba a la Logia –base de la Orden– impidiendo el progreso y la fortaleza de los eslabones de la cadena. ¿Qué sucedería si todos dejásemos de concurrir a las Logias? ¿Cómo y sobre quién seríamos capaces de influir?

        En la Logia trabajad con Amor para formaros (“tallar o pulir la piedra bruta”) siendo a la vez arquitectos y materia prima, al igual que el artista, en la escultura titulada “el Hombre tallándose a sí mismo”, revela la hermosura dentro de la piedra en la cual trabaja, para así luego poder formar e instruir, ser guía y ejemplo sin imponer a nadie vuestras convicciones.

        13.- Abonad regularmente las cuotas y los aportes necesarios para el sostenimiento de la Orden.

        No menos importante es el deber de colaborar en todas las tareas que se os encarguen.

Importancia del Ritual

        La vivencia de cada Ritual –experiencia única e intransferible– junto al estudio, la meditación y la reflexión, tanto individual como colectiva, os permitirá descifrar su mensaje, hacer visible lo oculto, construiros y desarrollaros en plenitud accediendo a niveles superiores de conciencia, a cultivar vuestro Ser interior y proyectarlo al entorno, a fin de aproximaros a dar respuesta a las tres interrogantes esenciales del Hombre: ¿quién sois?, ¿de dónde venís? y ¿a dónde vais o hay algo luego de la vida material? O como claramente lo expresa el testamento que todos nosotros suscribimos “el Hombre vive para enfrentarse con los grandes problemas, como si saliera del seno de la tierra, con todos los atributos espirituales que ya posee y sin las ataduras creadas por la vida cotidiana, para actuar en un mundo ya evolucionado”.

        Desde sus comienzos el hombre se maravilló viviendo en equilibrio y armonía con la Naturaleza. Sintió temores que fue disipando a medida que iba conociendo la Naturaleza y sus ciclos (el día y la noche, las estaciones, etc.). Ha tratado de resolver sus enigmas existenciales buscando respuestas no sólo en ese universo que lo rodea sino además por todos los rincones de su ser interior. Observó que tanto el macrocosmos (galaxias, etc.) como el microcosmos (el hombre) tenían ciclos similares de nacimiento, maduración, muerte y resurgimiento.

        Uno de los propósitos de vuestra iniciación a la Orden es haceros penetrar en el secreto de los Misterios que os darían “el conocimiento y sabiduría que el común de los hombres no poseía y sólo podía revelarse a aquellos que salían victoriosos de sus pruebas”.

        Los mitos y misterios simbólicos más antiguos aparecen como un conjunto de cosas arcanas, secretas u ocultas, incomprensibles e inexplicables, orientadores de la vida del hombre: Presentan la lucha constante entre el Bien y el Mal, la Luz y las Tinieblas, la Verdad y el Error, los Ideales y las pasiones de los hombres, y de la cual toman pie muchos símbolos masónicos.

        Todo hombre conforma una unidad en esencia resultado de dicotomías entre la cabeza y el corazón, entre la Voluntad del Bien y la tentación del Mal, entre las aspiraciones constructivas y los instintos destructores. Debe integrar todo lo que es en todo lo que dice, piensa o actúa. La dualidad reflejada en los pares de opuestos que caracteriza todas vuestras experiencias es el camino a transitar. Saldréis victoriosos en tanto manifestéis en vosotros el poder de la unidad.

       La Verdad y la Virtud, el Orden y la Justicia de la Ley Divina triunfarán sobre el caos producto de las cualidades negativas y acciones viciosas de los hombres que sólo han prevalecido en la apariencia. Debéis ir de la apariencia exterior de las cosas, del mundo y de vosotros mismos, hacia el interior, hacia la realidad. La ley íntima y la senda de la rectitud permanecen invariables, dado que sobre ellas, descansan la Vida, el Universo y toda forma de existencia. Tratad pues de purificar la materia sutil del alma para lograr con el trabajo llegar a unificar en vosotros, lo humano con lo divino.

Trabajad a la Gloria del G∴A∴D∴U∴ en la búsqueda de la verdad.

Trabajad a la Gloria del G∴A∴D∴U∴ en la búsqueda de la verdad.

La experiencia iniciática: al inicio de un camino

       Ya desde vuestro ingreso a la Orden debisteis pasar una serie de pruebas: la primera fue la de la Cámara o Gab∴de RRefl∴: lugar lúgubre, sombrío y solitario “apartado de la luz del día”, “simboliza el viaje al centro de la tierra, adonde se desciende para el reposo eterno, pero donde se refugian también las fuerzas de la Naturaleza y desde donde se surge a la plenitud de la vida”.

       En ese primer contacto os enfrentasteis con cierta cuota de incertidumbre a algo que iba más allá de lo que vuestros sentidos podían percibir. Os encontrasteis con varios elementos que no habían sido puestos ahí por azar y con un escrito denominado testamento en cuyo contenido se os explicaba su porqué y su simbología.

       Allí es donde muere lo profano, cuando libremente os desapegasteis o renunciasteis a los bienes materiales o ilusorios. Descendisteis para conoceros –profunda y conscientemente– y purificaros de los estados inferiores, de los vicios y pasiones.

       Descendisteis para transformaros, para estar en condiciones de ingresar a un mundo nuevo. Disteis un salto del mundo profano al iniciático. Pasasteis de un estado de conciencia confuso y oscuro a un estado de “silencio”, de paz y firmeza interior.

       En las respuestas al testamento con ideas profanas sintetizasteis un programa de vida que os comprometisteis llevar adelante respecto a la Humanidad, a vuestros semejantes y con vosotros mismos.

       Cuando traspasasteis las columnas de ingreso al Templo, entrasteis en este espacio sagrado y consagrado a la práctica del R∴E∴A∴ y A∴. Luego de haberos recibido las primeras lecciones del Arte Real, realizasteis tres viajes o purificaciones a través de los elementos: Aire, Agua y Fuego. Concluido el tercer viaje se os señaló que debíais vencer vuestro propio egoísmo para sentiros solidarios de la sociedad en que vivís y con toda la Humanidad y que vuestro espíritu “debe superar los odios y las inmoralidades que encuentra a su paso y aparecer como si el fuego hubiera consumido todo lo que es perecedero y quedara sólo lo eterno del hombre: el anhelo permanente de elevación, de vivir perfeccionándose.

       Luego aceptasteis la promesa de honor. Y, desarrollada gran parte de la ceremonia, los Hermanos pidieron por tres veces LA LUZ. Habiendo obtenido la luz, observasteis todo con curiosidad. Desde ese día pasasteis a ocupar un lugar en la Columna de la Belleza, ubicada al Norte del Templo. ¿Por qué? Porque es donde se recibe la menor cantidad de luz de los rayos solares. Recordad que veníais de la oscuridad y la Luz que recibisteis podría encegueceros.

Cuando traspasasteis las columnas de ingreso al Templo, entrasteis en este espacio sagrado y consagrado a la práctica del R∴E∴A∴ y A∴.

       Estabais adquiriendo la condición de Iniciado en los Antiguos Misterios, que os distingue de los profanos y que, al mismo tiempo, os identifica con todos los demás Iniciados, comulgando en una fraternidad que va más allá de los lazos de sangre. Estabais recibiendo la condición de Hermano y os cuestionabais que era la masonería. Teníais los símbolos a la vista y no los comprendías.

         En tanto, la iniciación física reside en la admisión al estudio de la sabiduría esotérica adquirida por innumerables generaciones, la iniciación no física atañe a la vivencia íntima y espiritual dada a través de un proceso psicológico dinámico de toma de conciencia. Esto conlleva a que vuestra doble condición de profano y de masón no la podáis separar y en la cual vuestra formación masónica deberá incidir cada vez más en vuestro comportamiento en el mundo de la manifestación.

 El trabajo masónico de perfeccionamiento de la existencia humana se realiza mediante un proceso de transformación y evolución constante. La instrucción masónica es graduada y sólo se completa en los varios escalones que tenéis por delante. La primera condición exigida “a quienes deseen penetrar en nuestros misterios es pureza de intención y absoluta sinceridad”. Debe pues, animaros a transitar por este camino sagrado la purificación de las intenciones y de los sentimientos. Utilizad correctamente las herramientas que se os entregaron (mazo, cincel y regla) para que en la medida que talléis vuestra “piedra bruta” iréis logrando paulatinamente un conocimiento de vuestros valores morales potenciales como base del perfeccionamiento en la construcción del templo conforme a los planos que el G∴A∴D∴U∴ trazó.

       Recibisteis las primeras herramientas para laborar sobre vosotros desarrollando el poder de la inteligencia y la fuerza de la voluntad haciendo predominar la rectitud de vuestras acciones. Esos instrumentos de trabajo os ayudarán a que logréis la paz interior, el equilibrio y la armonía personal, con vuestros semejantes, con la naturaleza y con el G∴A∴D∴U∴ y posicionaros nuevamente en el esquema del Universo. Sólo vuestra transformación puede elevar vuestro Espíritu de lo humano a lo divino.

       Pero no os confundáis: el solo hecho de haber sido admitido y consagrado como integrante de la Orden masónica no os convierte en Iniciado. Tan sólo se os ubica en el comienzo o punto de partida de un camino y se os posibilita iniciar una sorprendente experiencia de crecimiento espiritual. Únicamente de vosotros dependerá continuarlo despertando la esencia espiritual que se encuentra, en potencia, en vuestro YO interior.

       La Iniciación es la admisión a vivir una nueva manera de ver, sentir y actuar. Implica un renacer, una muerte alegórica, a la condición profana y de la cual el neófito se levantará como un hombre nuevo, como un “hombre libre y de buenas costumbres”.

       El verdadero viaje de autodescubrimiento o búsqueda profunda comienza cuando toméis conciencia de cuan inconscientemente habéis vivido vuestra vida. El paso inicial lo daréis cuando estéis dispuestos a reflexionar y pensar sin apresuramientos vuestras decisiones dejando que las dudas broten a la conciencia y que la razón os guíe y aconseje en el camino iniciático que voluntaria y conscientemente emprendisteis.

       La razón es el instrumento que os permitirá comprender al otro sin renunciar a vuestras convicciones y, en definitiva, convertiros en librepensadores capaces de discurrir los valores verdaderos. Varios pasajes del Ritual destacan la importancia de la Razón. A saber: “El santuario de los dioses era el asilo de la ciencia elaborada por la razón, sostenida por el trabajo y la experiencia”. “El hombre debe elevarse por encima de las pasiones inferiores, luchando contra ellas, debe liberarse de los enemigos que están en sí mismo y que le impiden el triunfo de su razón” . “La Masonería (…) combate todo sistema que no acepte el supremo derecho de la razón a investigar libremente.

 La Iniciación es la admisión a vivir una nueva manera de ver, sentir y actuar. Implica un renacer, una muerte alegórica, a la condición profana y de la cual el neófito se levantará como un hombre nuevo, como un “hombre libre y de buenas costumbres”.

       Id tras la belleza de vuestra Conciencia, esencia de vuestro Ser, haciendo caer el velo de la ignorancia que os cubre la visión y marchad hacia Oriente en procura de lo desconocido, de la Luz, abandonando la búsqueda de lo concreto. Apreciareis como en cada nuevo viaje de Occidente a Oriente iréis demoliendo los obstáculos e ilusiones que os impiden llegar a vuestra esencia. Observad rectitud en vuestras acciones, medid los impulsos del corazón para no extralimitaros en el ejercicio de vuestros derechos ni ser remiso en el cumplimiento de los deberes y aplicad vuestra inteligencia en discernir lo que de vosotros se espera.

       La búsqueda permanente de la Verdad os irá desmontando los engaños y las trampas de vuestra ignorancia, liberando de sus ataduras, venciendo los antivalores. La Verdad no lo descubriréis en la superficie sino en la esencia profunda de todas las cosas luego de penetrar las sucesivas apariencias ilusorias que las recubren.

      La actuación de cada hombre recta u oblicua, noble o indigna, es la demostración de su grado evolutivo y los sentimientos que dominan su fuero interno.

Una visión de la sociedad actual y nuestro compromiso Reflexiones finales

      Las guerras, las injusticias, los fanatismos, los fundamentalismos, las intolerancias, los vicios, los abusos de poder, las arbitrariedades los odios, los rencores y las divisiones entre pueblos y hombres persisten arraigados en la sociedad. El Hombre no ha podido erradicar de sí el egoísmo, la hipocresía, la envidia, la ambición desmedida y la ignorancia.

     La sociedad globalizada está invadida de un consumismo feroz y un materialismo exitista donde priman el individualismo y la desconfianza sistemática. Esto engendra nuevas problemáticas que con los avances tecnológicos encierran cada vez más al hombre, alejándolo de la cooperación e integración social como factor de crecimiento. Se manifiesta una considerable pérdida de la armonía, del equilibrio, del orden, de los valores morales y las virtudes en favor de la mediocridad, de la falta de autocrítica y de las actitudes que buscan dividir.

     Hoy, en nuestra América, observamos múltiples situaciones regresivas y preocupantes que debemos reencauzar. Reina el imperio de la política sobre las normas de Derecho, provocando debilitamientos institucionales, presiones y cuestionamientos sobre poderes y personas además de flagrantes violaciones de la Constitución. Los gobernantes no sólo rechazan el diálogo y la confrontación de ideas y proyectos sino que se comunican con monólogos y el aplauso de su entorno, descalificando a aquellos que opinan diferente.

     Asistimos al cultivo de una sociedad “light”, donde no se valora el esfuerzo ni el trabajo. Una sociedad light en las formas de pensar, de concebir los problemas y de apreciar el futuro. Una sociedad donde todos desde la comodidad reclaman cada vez más derechos y asumen cada vez menos deberes y responsabilidades. Una sociedad donde la marginalidad y exclusión social va en aumento. Una sociedad que sin darse cuenta va dejando las libertades por las que tantos hombres y mujeres lucharon a cambio de pan y circo.

     No podemos olvidar las lecciones de la historia, que son increíblemente sencillas y contundentes, pero el mundo en que vivimos cambia vertiginosamente. Nuestros enemigos cambian sus tácticas y utilizan cualquier método para amedrentar u oprimir a los hombres o socavar los cimientos de la Orden. Varios años atrás esas fuerzas oscurantistas colocaron una bomba en la puerta principal pretendiendo infundir miedo en los Hermanos y frenar la fuerza moral de los principios masónicos.

 La Masonería (…) combate todo sistema que no acepte el supremo derecho de la razón a investigar libremente.

       Tened siempre presente que la tarea que prometisteis llevar adelante exige un continuo redoblar de esfuerzos, un real compromiso y una particular actitud en la permanente generación y desarrollo de ideas. En primer lugar, hacia vuestro interior siendo conscientes de la necesidad de lograr un cambio en vosotros. La trasmutación interna emana de vuestras fuerzas morales y espirituales y requiere arduos esfuerzos. Y, en segundo lugar, hacia el exterior donde debéis preparaos para alcanzada la Maestría, aplicar esos conocimientos y enseñanzas cumpliendo con los fines de la Orden y ayudar a lograr la felicidad de vuestros Hermanos y de todo Hombre.

        Debéis contestaros las siguientes preguntas: ¿estáis dispuesto al sacrificio de vuestros placeres e intereses personales ante el cumplimiento del Deber?, ¿estáis dispuesto a la dedicación total y de por vida a la causa que sostiene la Orden masónica?, ¿estáis dispuesto a preparaos para llevar adelante la tarea necesaria para el logro de las virtudes verdaderas?; ¿estáis dispuesto lograda la trasmutación interna a ser ejemplos vivientes de Virtudes y ayudar a vuestros Hermanos y a todo Hombre, trasmitiendo los valores atesorados?

       ¿Estamos preparados para la acción en el mundo profano o la pasividad penetró nuestros sagrados muros? La Masonería debe volver a ser vanguardia, liderando los cambios sociales y no ser remolcada por la sociedad. No corresponde que seamos espectadores ante los sucesos que menoscaban los valores que la Orden ha defendido y amenazan nuestra forma de vida. Aprender del pasado nos ayudará a enfrentar el presente que nos reclama y proyectarnos al futuro para cumplir con el deber de trasmitir a quienes nos sucedan las enseñanzas esotéricas del pasado.

       Sí tendremos campo fértil para actuar. Pongamos en práctica los principios y las enseñanzas de la Orden. Analicemos los problemas e injusticias que padece nuestra sociedad en sus diversas áreas y contribuyamos eficazmente a solucionarlos. Reorientemos ciertas conductas sociales. Proclamemos y practiquemos la libertad de pensamiento y obremos para lograr un mundo solidario y de justicia social donde la libertad y la tolerancia alcancen su máxima expresión.

       Nuestra misión no está ni cerca de su culminación. Cultivemos con inteligencia una nueva forma de hacer masonería con estrategias, contenidos adecuados, no improvisados e innovadores para una formación filosófica de calidad de todos los Hermanos y, en especial, de Maestros convencidos y expertos en el conocimiento de la vida y de los problemas que la existencia supone, y que, operando en el Arte Real como naturales polos de atracción y ejemplo promuevan, a través de una acción responsable, creativa y constructiva, el mejoramiento espiritual y material de la colectividad humana. Diseñemos formas de trabajo que atraigan a las nuevas generaciones de jóvenes y las mantengan motivadas y comprometidas en su progreso y en el ámbito de la Logia pues serán la esperanza de la Orden.

La búsqueda permanente de la Verdad os irá desmontando los engaños y las trampas de vuestra ignorancia.

      Preparémonos para liderar a esa mayoría pasiva de hombres y mujeres amantes de la paz que no se pronuncian, o que por miedo callan complacientes o que adoptan un silencio cómplice que facilita el exterminio de la libertad, igualdad, fraternidad y justicia en manos de los enemigos del hombre.

       Queridos HH∴AApr∴ vivir auténticamente no es proyectar o planificar lo que vais a ser, sino descubrir en la búsqueda constante lo que sois. El hecho que en vuestro camino de vida os acerquéis o alejéis de la Verdad dependerá de vuestra íntima actitud de permanente aprendizaje que cada experiencia os revele.

       Debéis aspirar a conquistar una existencia libre, tomando al trabajo material y espiritual como la afirmación de vuestra propia Esencia en la realización de vuestro destino como hombre y como parte del Todo. El no vivenciar este grado traerá consigo la introducción del mundo profano en este lugar sagrado.

 Nuestra misión no está ni cerca de su culminación.

      En definitiva, mis QQ∴HH∴AApr∴, cuando en el trabajo sobre vuestra piedra bruta hayáis logrado pulir las aristas, cumplido vuestros deberes y practicado la Tolerancia y la Fraternidad, habréis despertado Vuestra Alma, habréis dado vuestros primeros pasos en este camino iniciático y estaréis en condiciones de recibir nuevas herramientas que os ayudarán a continuar vuestra marcha.

       Emprended conscientemente los nuevos desafíos que tendréis por delante con actitud, compromiso y Amor al trabajo.

       Es todo.

 

Referencias:

  • Ritual del Primer Grado Simbólico (Aprendiz) del R∴E∴A∴ y A∴, GLMU, Palabras del V∴M∴, pág. 31.
Ob. cit., Cap. VII, Instrucciones para el Grado, pág. 48. Ob. cit., Testamento, pág. 26.
  • Ob. cit., Palabras del V∴M∴ previas la Primer Viaje, pág. 30. Ob. cit., Palabras del V∴M∴ previas al Primer Viaje, pág. 31. Ob. cit., Palabras del V∴M∴ culminado el Tercer Viaje, pág. 35. Ob. cit., Palabras del V∴M∴ previas al Primer Viaje, pág. 30. Ob. cit. Cap. VII, Instrucciones para el Grado, pág. 45.
  • Ob. cit., Palabras del V∴M∴ previas al Primer Viaje, pág. 30 Ob. cit., Palabras del V∴M∴ Tercer Viaje, pág. 35.
  • Ob. cit., Palabras del V∴M∴ Tercer Viaje, pág. 36.

 

3 Comments

  1. Estoy muy interesada a unirme a ustedes.quiero aprender a ser mason,Gracias.

    • Si usted tiene interés de ingresar a alguna Gran Logia en especial (la de su domicilio), debería contactarse directamente con la página web de la misma y efectuar la solicitud correspondiente.
      Cordiales saludos,
      El equipo de gadu.org

  2. Te felicito por este trabajo arduo y a la vez muy interesante, pues se acerca de muchas maneras a las convicciones que desde muchos años llevo persiguiendo. No obstante no estoy en sumo acuerdo, aunque respeto, con el planteamiento de alguno de los pricipios que aquí mencionas.
    Para la humanidad, la vida desde los principios no ha sido fácil, eso ha provocado un conflicto entre el bien y el mal que, desde milenios sigue presente en la actualidad, como sabrás estamos abocados a la destrucción de la raza humana y al resurgimiento de ella
    una y otra vez. Nuestra capacidad es limitada y como bien dices los avances tecnológicos
    influyen en nuestra propia destrucción. Hasta ahí todo claro! pero… te habrás dado cuenta
    que las cartas están en nuestra contra… el número de ignorantes nos supera, así como el número de defectos, entendiendo por ellos la maldad o vileza. Cierto es que con el paso
    de los siglos nos hemos ido puliendo, aún así, estamos a dos pasos por detrás de dicha maldad. El aprendizaje es lento e individual y la sociedad que nos rige es arrollante; no crees que sería bueno un empujoncillo colectivo fomentando las virtudes y abriendole los ojos a muchas personas a la vez y no esperar a que ocurra lo de siempre y terminar por creer en la esperanza?

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